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Escrito por Gabriel Lira y actualizado por Julia Muñoz .
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03 de septiembre 2024
El nuevo Libro para la Conducción que desarrolló Conaset para que los nuevos conductores se preparen para poder obtener la licencia clase B, contiene varios temas interesantes que todos quienes manejamos debemos conocer a la perfección, entre ellos destacan:
No necesitas ser un mecánico especialista, pero es muy valorable que tengas al menos nociones básicas del funcionamiento de un vehículo. Solo así podrás manejar mejor, cuidar más el vehículo y entender las fallas cuando ocurren.
Esto último es muy importante, porque entendiendo las fallas, podrás saber si lo que te explica un mecánico tiene o no sentido.
Conociendo y entendiendo un eventual problema mecánico, no te pasarán gato por liebre y podrás valorar si una reparación realmente necesita de un cambio de piezas o no y si corresponde que sea caro o no.
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En términos generales, ya sabemos más sobre cada uno de los elementos que permiten el funcionamiento de un automóvil. Ahora, veremos uno a uno para que aprendas más sobre el vehículo que conduces.
Si bien cada modelo tiene sus diferencias en diseño, motorización o segmento, lo cierto es que, generalmente, las cosas que te mostraremos ahora operan igual para todo tipo de vehículos.
El panel de instrumentos entrega mucha información relevante para el conductor de un vehículo. Entre ellas destacan:
Sin el motor, el vehículo sería una caja con ruedas. Salvo contadas excepciones, el motor se ubica en la parte delantera de un auto y funciona con bencina o diésel.
Además, existen algunos vehículos que tienen permitidos usar como combustible el gas. Por si fuera poco, el desarrollo de la industria permitió también que existan motores eléctricos y vehículos híbridos, que funcionan con un motor convencional sumado a otro eléctrico.
Si lo deseas, puedes conocer cada una de las partes de un motor. Así tendrás un panorama más acabado de este vital componente automotriz.
El funcionamiento del motor, a nivel interno, hace que interactúen muchos metales, los que podrían rozar o acercarse muchísimo cuando funciona el motor.
Por tal razón, todos los motores necesitan de lubricación. Sin aceite al interior del motor, la interacción entre metales produciría un desgaste prematuro en el motor hasta fundirlo. Así es, porque se fomentaría la fricción, maltratando al motor.
Un motor en buen estado necesita de compresión al interior del motor, con piezas que calzan a la perfección entre sí, sin roce ni desgaste innecesario. Esto solo es posible si es que hay aceite. Sin lubricante, el motor perderá compresión, fuerza y dejará de funcionar.
Si se enciende la luz indicadora de aceite en el tablero, podría suceder que el nivel de lubricante de motor está bajo. En el mejor de los casos, el auto está con poco aceite, porque tiene una pequeña fuga que no ha sido atendida.
Sin embargo, si la fuga es muy grande o peor aún, el auto está quemando aceite, entonces el problema podría ser mayor. El aceite no se consume, ni se quema, nunca. Lo único que debe sucederle es que con el paso del tiempo y los kilómetros, pierda viscosidad hasta que debe ser reemplazado de forma preventiva.
Evita andar con la luz del aceite encendida, podrías dañar severamente el motor del vehículo. Rellena con aceite de motor si el nivel está bajo y no olvides de hacer el cambio de aceite y filtro periódicamente, tal como indica el manual de tu auto.
Utiliza siempre el aceite de motor recomendado por el fabricante.
Pese a que tradicionalmente los motores funcionan con combustible, sea bencina o diésel, la cuestión es que la electricidad juega un papel fundamental en el proceso de combustión.
La energía eléctrica en un automóvil, es generada por el alternador, que en algunos países, de hecho, es conocido como generador.
La energía que se produce, se almacena en la batería y sirve para dar arranque al motor, para hacer funcionar accesorios y también las luces.
El alternador convierte la energía mecánica producida por el giro del motor en energía eléctrica. El alternador tiene una polea y una correa que van conectadas al cigüeñal del auto. Cuando giran al mismo tiempo, se produce esta transforma energética que te acabamos de mencionar.
Un problema en la tensión de la correa, hará que se deje de generar energía, lo que automáticamente hará que se prenda la luz testigo de la batería en el panel de instrumentos.
Con problemas en el alternador o la correa, la batería se descargará rápidamente. Lo primero que ocurrirá, es que costará dar arranque al auto. Luego, simplemente, te quedarás sin batería.
Otra componente interesante del sistema eléctrico, o quizás electro mecánico, es lo que hace que las bujías reciban la chispa para que haya combustión.
Para que se genere esta chispa, la bobina y el distribuidor actúan como polos que producen esa corriente. El distribuidor tiene el polo negativo y la bobina el positivo.
La bobina funciona gracias a la corriente que aporta la batería, que va almacenando energía debido al trabajo del alternador. Mientras tanto, el distribuidor va fomentando la chispa girando a la par del cigüeñal.
Así es, el movimiento del cigüeñal ayuda la generación de energía en el alternador y también aporta en el fenómeno de chispa en el distribuidor.
Sin combustible no hay combustión; al menos por ahora. Recordemos que en algunos años más todos los autos serán híbridos y eléctricos y hacia finales de este siglo, probablemente todos serán eléctricos.
Mientras eso no ocurra, seguirá habiendo un sistema de combustible en los vehículos que hay en Chile y el mundo.
Trata de andar siempre con al menos ¼ de estanque, si estás siempre con poco combustible, corres riesgo de ensuciar inyectores o algún otro componente de las líneas de combustible.
Esto ocurre, porque las impurezas propias de los combustibles, se alojan al fondo del estanque, cuanto más lleno esté, menos riesgos hay de arrastrar esas impurezas.
Cuando vayas a cargar combustible, no olvides:
Sigue estas recomendaciones para reducir la contaminación vinculada con el uso de combustibles. Evita abrir mucho la tapa de combustible. Cuando vayas a la bomba llena el estanque, cuanto menos abras para echar bencina o diésel, será mejor.
Evita manejar brusco, con aceleradas más suaves y controladas, mejorará tu consumo de combustible y así evitas ir tan seguido hasta la bomba.
Más adelante te hablaremos de los neumáticos, pero te adelantamos que la presión adecuada reduce el esfuerzo del motor, mejora el consumo del combustible y controla un poco las emisiones al ambiente.
Salvo muchas motos y también el Volkswagen Escarabajo, que son enfriados por aire, los vehículos se refrigeran por líquido.
Si no hubiera un sistema de refrigeración, los metales del motor se calentarían hasta deformarse, quebrarse o doblarse. El líquido refrigerante recorre todo el motor por ductos que transportan el fluido para controlar la temperatura de trabajo de ese motor.
Si esos ductos se obstruyen, si la bomba de agua funciona mal o hay problemas con el radiador, la temperatura del motor subirá y podrías estar en problemas.
Si ves en el marcador de temperatura que el motor está caliente, lo mejor es detenerse. Eventualmente, esperando que se enfríe, puedes avanzar hasta tener que parar nuevamente y así hasta llegar a destino. En otras ocasiones, es mejor detenerse y no andar más, el daño al motor podría ser grave.
A veces, se eleva la temperatura del motor, porque el electroventilador no comenzó a funcionar. Esto podría ocurrir por un problema de contacto del propio ventilador, un fusible quemado o incluso algún sensor de temperatura, por ejemplo.
Si vives en climas muy fríos, con mínimas cerca de 0°C o menor, es mejor usar líquido con anticongelante. Sin él, podría congelarse el líquido refrigerante y dañar el motor o parte del sistema de refrigeración del auto.
El sistema de escape tiene importancia por varias cosas. Un buen escape mejora el desempeño de un vehículo y también controla o mejora la emisión de gases al medio ambiente.
El sistema de escape proviene desde la salida de la cámara de combustión hasta el final del tubo de escape. En el camino aparece el silenciador o el catalizador, entre otros componentes.
Uno de los gases que expulsa el sistema de escape de un automóvil es el Monóxido de Carbono (CO), el cual es altamente tóxico y venenoso para las personas. No tiene olor ni color y puede matar a alguien lentamente. Uno se duerme y no despierta más.
Es importante que las líneas de escape estén sanas, que no estén rotas ni obstruidas. En cualquiera de los dos casos, se provoca merma en el desempeño del auto y también tendrás problemas con la emisión de gases contaminantes, lo que producirá un rechazo a la hora de renovar los gases y/o la revisión técnica.
Si hubiera fuga de CO al interior del vehículo, se podría percibir en algunas personas dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Si se sospecha que hay intromisión de CO al interior del vehículo, lo mejor es detenerse y salir del auto.
Este sistema transfiere potencia desde el motor a las ruedas del auto. Hoy, la mayor parte de los vehículos tiene tracción delantera, mientras que en el pasado era más común la tracción trasera. Además de los vehículos 4x4, hay también algunos que son AWD o All Wheel Drive, es decir, tracción integral a las cuatro ruedas.
El embrague es el encargado de desacoplar y acoplar nuevamente el motor de la transmisión. Cuando presionas el embrague, liberas la transmisión para poder cambiar de marcha en la caja de cambios y continuar andando.
Ojo, que si mantienes presionado el embrague por mucho tiempo, es lo mismo que rodar en neutro, donde podrías perder tracción y el control del auto. Además, mantener el pie en el embrague, lo desgasta prematuramente.
En líneas generales, existen dos tipos de caja de cambios, una manual y otra automática. Si bien las automáticas tienen en común la ausencia del pedal de embrague, existen varios tipos de caja automática, algunas con la posibilidad de cambiar marchas con el sistema paddle shift, por ejemplo.
Este sistema es el que está comandado por el volante. Desde ahí se transmite el movimiento hacia las ruedas delanteras.
Antiguamente, la dirección mecánica, en algunos modelos, podía significar un verdadero deporte, ya que era bastante duro de maniobrar. Hoy, con la dirección hidráulica, entre otras innovaciones, ese esfuerzo que haces al girar el volante es mínimo.
Cuando el vehículo es sometido a sobrecargas, o no se anda con la presión de aire adecuada en los neumáticos, o cuando se golpea el auto con algún bache en el camino, se podría resentir la dirección, las ruedas y la suspensión.
Si sientes la dirección pesada, que el auto vibra o se va hacia los costados, podría haber un problema con el alineamiento y balanceo de tu auto. El problema podría estar en la dirección, en la presión de aire en las ruedas o en la suspensión y amortiguación, de la que te hablaremos ahora.
Gracias a este sistema, los neumáticos están en permanente tracción con el camino, si no hubiera suspensión y amortiguación, el vehículo sería completamente tieso, produciendo un andar completamente incómodo y además, se rompería muy fácilmente cualquier parte de su estructura.
La suspensión y amortiguación es la encargada de acompañar todo el movimiento del vehículo y así absorber las irregularidades del camino.
El video de a continuación, explica muy bien la importancia de la amortiguación y suspensión de un automóvil:
El sistema de amortiguación y suspensión debe estar siempre en buen estado para acompañar de forma suave y gradual cada movimiento del vehículo.
Preocúpate de cambiar amortiguadores según especifica el manual del fabricante. Si percibes algunos de los síntomas descritos, entonces revisa la suspensión.
Algunas de las consecuencias peligrosas por tener el sistema de amortiguación y suspensión en mal estado, son:
Así es, si tu amortiguación y suspensión tuviera problemas severos, podría afectar la frenada. Si te fijas, al frenar el vehículo, se inclina hacia delante. Ese movimiento es acompañado y regulado gracias a la suspensión.
Sin los frenos, chocaríamos en cada esquina literalmente. Hay que saber usar los frenos y también estar consciente de cada cuantos kilómetros hacer mantenciones preventivas de sus componentes.
En el Libro para la Conducción de Conaset, diferencian dos tipos de frenos. Por un lado, tenemos al Freno de Servicio, o bien pedal de freno; y por otro al Freno de Estacionamiento, o bien freno de mano.
Los frenos de servicio, antiguamente, venían en un solo circuito hidráulico, donde un problema en una sola rueda, se traducía en pérdida de frenos en todo el vehículo. Hoy, hay dos circuitos independientes, es decir, con problemas en uno, sigue operando el otro para que el auto no quede 100% sin frenos.
El freno de mano, en tanto, es mecánico y normalmente opera en las ruedas de atrás. Lo correcto es solo usarlo, como su nombre lo dice, para dejar el auto frenado en el estacionamiento.
Cuidado, que con temperaturas extremas o si pasaste por algún charco, podría haber agua o humedad en los frenos. Si ocurre, es bueno andar a baja velocidad e ir apretando el freno suavemente y siempre atento por los retrovisores. Eso sirve para “secar” los frenos en caso de exceso de agua o humedad.
Si te encuentras frente a una situación de emergencia, lo más lógico y rápido es frenar al instante. Esta maniobra podría tener algunos riesgos como el bloqueo de ruedas y la pérdida de control del auto. Además, si el vehículo patina, la distancia de frenado aumenta y también la probabilidad de chocar.
Esto empezó a dejar de ocurrir significativamente gracias a las tecnologías que han desarrollado las marcas de auto respecto de los frenos. Todo esto es encabezado por el sistema ABS, el cual, apoyado del EBD y otros atributos en frenadas de emergencia, han mejorado la seguridad de todos los usuarios.
El sistema ABS detecta el bloqueo de alguna rueda. Cuando ocurre, esta tecnología suelta un poco la rueda bloqueada. Gracias a esto se puede mantener el control del vehículo o al menos se reduce el riesgo de accidente.
A la vez, el control de estabilidad y también el control de tracción ayudan a que no exista pérdida de control en estas maniobras. De todas formas, nunca olvides que hay que respetar los límites de velocidad y las normas del tránsito. Aun con excelentes frenos, cualquier conducta riesgosa podría provocar un accidente.
Según el Libro para la Conducción en Chile, debes acordarte de controlar lo siguiente:
Preocúpate que las tres luces de freno estén en buen estado. Recuerda que están las dos luces de atrás que se encienden más fuerte de lo normal para avisar que se está frenando. Además, los vehículos deben llevar una luz de freno en la parte central de la parte posterior del auto.
Antes de viajes largos y también periódicamente, mira las mangueras del sistema de frenos. No debe haber mangueras resecadas, ni menos rasgadas. Fíjate donde estacionas siempre el auto por si se ven manchas de algún líquido.
Detrás de discos o tambores de frenos podrías ver si hay fugas de líquido de frenos. También preocúpate que el freno de manos funcione perfectamente. El auto, con el freno de mano puesto, no debe poder moverse o le debe costar al menos.
Respeta los tiempos de mantención de discos y pastillas. También debes tomar atención a las mantenciones de los frenos de tambor y el estado de las balatas y cilindros de freno.
Si hay algo que no puedas revisar, o si no estás seguro de tu diagnóstico, entonces lleva el auto a un taller mecánico.
Los representantes del auto en el camino. Esos son los neumáticos de un automóvil. Su agarre o tracción forman parte del funcionamiento del automóvil y si ellos están en mal estado, se resiente la performance del auto o incluso, podría no ser posible andar en caso de averías mayores.
Para que los neumáticos actúen de forma segura, pudiendo frenar, hacer tracción o dar dirección a un auto, el dibujo o surcos del neumático deben tener 3 mm de profundidad como mínimo. Es más, si esa profundidad está por debajo de 1.6 mm tienes que sí o sí cambiar tus neumáticos.
En caso de que no lo hagas, aumentan los riesgos de pinchazo y/o accidente de tránsito. Si un neumático tiene un dibujo con menor profundidad que 1.6 mm, pierde agarre, se podría pinchar más fácil o incluso reventar.
Con poco aire, la rueda se desgasta más por los costados y con mucho aire en la banda central. Si tienes la presión de aire de las ruedas muy baja, te arriesgas en varias cosas, como por ejemplo:
Con la presión baja en una o dos ruedas de atrás, aumenta el riesgo de que derrapes o sentirás inestabilidad atrás al frenar. Si la falta de aire es adelante, se hace más pesada la dirección y por ende, el auto es menos maniobrable.
Si hay mucha diferencia de aire entre ambas ruedas delanteras, el auto se irá para uno de los costados mientras anda.
En cambio, con la presión de aire demasiado alta, los neumáticos pierden adherencia. En general, más de 35 libras ya es demasiado aire para tus ruedas.
Un desgaste irregular en tus neumáticos, puede haberse producido por:
Así es, respecto a la presión de aire, guíate por lo que diga el manual del fabricante. En general, hay que circular con los neumáticos con 30 a 35 libras.
Si se revienta un neumático trasero, gira el volante hacia el lado que se va la cola del auto. En cambio, si se revienta uno delantero, frena gradualmente con las manos bien firmes en el volante.
En cualquier caso, detente al costado de la vía para cambiar la rueda del auto.
Sin excepción alguna, todos los autos deben estar provistos de luces y focos para que el conductor vea el camino y los demás puedan ver el vehículo. Es importante ser siempre predecible y que el resto pueda ver perfectamente tus movimientos.
Por tal razón, es fundamental tener todas tus luces en buen estado y también tus intermitentes. Que funcionen siempre todas, que estén limpias y sin las micas quebradas.
Frente a un muro, a unos 10 metros de distancia, puedes evaluar si tus luces bajas no están demasiado altas. La idea es que no encandiles a nadie. La altura de tus luces bajas nunca debe pasar la línea de tus propias luces.
En el diagrama de a continuación, que aparece en el nuevo Libro para la Conducción en Chile, podrás ver cuáles son las luces que debe tener cualquier vehículo.
Además de los intermitentes para virar, las luces de freno y las luces para ver y que te vean, hay dos otros tipos de luces, que te explicamos a continuación:
Son aquellas señalizadas con el triángulo rojo en el tablero del vehículo y acciona las cuatro intermitentes a la vez. Este tipo de luces se usa cuando estás detenido por alguna falla al costado del camino o también cuando hay algún taco en una ruta que se transitaba a gran velocidad, por ejemplo en un peaje o túnel.
Estas luces hay que usarlas todo el tiempo que sea necesario, es decir, hasta recuperar la marcha del auto.
Hoy en día, casi todos los vehículos tienen este tipo de luces que se usan solo en condiciones de visibilidad reducida. Son recomendables para manejar con neblina o en una lluvia muy fuerte.
Gracias a los espejos, el conductor puede ver quiénes vienen detrás y a los lados del auto. Ojo, que muchos de los espejos son convexos, por lo que los objetos se ven más lejos de lo que de verdad están.
Ojo, que por bien regulados que estén tus espejos, siempre existirán puntos ciegos, que son áreas que no captan los espejos y donde podría haber otro auto, un ciclista o una moto. Cuidado.
Afortunadamente, muchos vehículos hoy tienen sensores de punto ciego. Sin embargo, preocúpate de manejar a la defensiva siempre.
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