El turbo o turbocompresor es un sistema que introduce aire a altas presiones al motor de un vehículo para lograr mejores procesos de combustión interna.
Este sistema está compuesto por dos turbinas, una que gira gracias a la velocidad de salida de los gases de escape del motor y está adherida a una segunda turbina que comprime aire fresco que envía al motor, aumentando el volumen de aire en la cámara de combustión.
Esto permite que el auto utilice menos combustible para alcanzar la potencia requerida, dejando como resultado la posibilidad de ahorrar peso y espacio al tener un motor más pequeño, con menores emisiones de gases contaminantes, además de consumir menos combustible.
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Los motores bencineros, hasta hace unos años, no necesitaban del sistema turbo, ya que tenían la suficiente fuerza y potencia para circular sin problemas, por lo que los turbos estaban reservados para los autos de competición o superdeportivos.
Sin embargo, el cambio de paradigma llegó cuando las marcas se vieron presionadas a reducir las emisiones contaminantes para cumplir con las legislaciones más exigentes, así como reducir los consumos, ya que los clientes cada día prefieren autos más eficientes.
Así, llego el Downsizing, nombre que se le dio a estos motores turbo pequeños, que están por debajo de los 1200 cc, algunos con tecnología VVT, inyección directa y 3 cilindros, aspectos impensados hace algunos años para modelos de distribución masiva.
En la actualidad, podemos encontrar modelos turbo en casi todas las categorías y precios, y se espera que para el futuro las marcas presenten motores aún más pequeños para cumplir con la Euro 7, norma de emisiones que se espera sea muy severa con los motores contaminantes. Conoce más detalles sobre la norma Euro 6 que rige en Chile.
Aquí te presentamos algunos modelos con motores turbo que se comercializan en Chile:
Si bien, hoy en día estos dispositivos están diseñados para soportar el uso normal y cotidiano, hay algunos consejos que pueden ser útiles para que el turbo de tu auto dure mucho tiempo más sin problemas.
Si vas a salir a la pista o carretera a exigir al auto, antes de acelerar al máximo, es recomendable darle unos minutos de trabajo no forzado al motor para que las piezas y líquidos alcancen su temperatura óptima de trabajo. Esto permitirá que los lubricantes y líquidos refrigerantes sean capaces de absorber correctamente el sobre esfuerzo.
Si llegas a destino y el auto ha sido exigido en su rendimiento, es recomendable darle unos minutos al motor de trabajo al ralentí. Esto permitirá que la temperatura de las piezas y los líquidos sean disipados correctamente, ya que al detener un motor turbo muy caliente, los líquidos se detienen y no son capaces de extraer calor, pudiendo perder propiedades, solidificar aceites e incluso romper piezas.
En los vehículos con transmisión manual, cada cambio tiene un rango óptimo de revoluciones por minuto (RPM) que debe respetarse.
Esto es importante para los motores con turbo, ya que operar fuera de estas RPM ideales, ya sea a revoluciones muy altas o demasiado bajas, puede generar residuos indeseados. Estos residuos pueden acumularse con el tiempo y reducir significativamente la vida útil del turbo.
Es fundamental respetar el octanaje recomendado por el fabricante, especialmente en motores equipados con un turbo, ya que este componente es extremadamente sensible.
Usar un octanaje inferior o superior al indicado puede afectar negativamente al motor y al turbo. Esto ocurre porque se altera un aspecto clave de la mezcla de combustible y aire, lo que puede provocar explosiones fuera de tiempo, derivando en una combustión defectuosa. Como resultado, se generan residuos que pueden dañar tanto el motor como el sistema del turbo.
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