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Escrito y actualizado por Julia Muñoz
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12 de septiembre 2024
Tener un vehículo, sin duda, es una gran ventaja, debido a la autonomía y movilidad que ofrece, pero también puede significar alguno que otro dolor de cabeza cuando llega el momento de desembolsar dinero en mantenciones o se presenta algún desperfecto que no podemos identificar.
Uno de esos inconvenientes puede ser que el auto no parta y estas son algunas de las causas más comunes:
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Batería descargada
La batería es la más básica de las causas y podemos comprobar su carga encendiendo las luces del auto. Si estas no encienden o no lo hacen a toda su potencia, podríamos estar ante una batería descargada.
Una batería puede descargarse al dejar sistemas eléctricos encendidos por mucho tiempo, estando el motor apagado, como las luces, o la radio, los que consumen corriente eléctrica hasta agotarla.
Batería agotada
También, una batería puede fallar al cumplir su ciclo de vida, el que generalmente llega a su fin tras unos cuatro años o 60.000 kilómetros.
Sin embargo, este aspecto es variable, pues el clima también influye, siendo el frío el peor enemigo de las baterías y su duración.
Si notas que tu auto tiene problemas de partida e identificas que la batería ya no tiene el mismo poder que de costumbre, lo más recomendable es cambiarla, pues constantes partidas dificultosas pueden ir generando desgaste en otras piezas y problemas mayores en el futuro.
Si la batería está nueva o en buen estado y no hace contacto, entonces se deben verificar los elementos que trasmiten la corriente eléctrica.
Desde la batería arrancan los cables que alimentan al motor de partida y al motor principal. Estos cables deben estar bien sujetos a la batería, en buen estado, sin quiebres ni daños visibles.
En este punto, otra probable causa puede ser que el auto tenga daños en las bujías o en el sistema que las alimenta, o sea, la bobina de encendido.
Estos cables que transmiten grandes cargas de energía deben ser remplazados cada cierto tiempo, revisa que se cumplan los plazos según la ficha técnica del fabricante de las piezas.
Conoce más detalles en nuestra nota sobre la importancia de un buen plan de mantenimiento preventivo.
Estos elementos también pueden causar un problema en el arranque y, si se quema alguno de los fusibles relacionados con el sistema de arranque, es necesario reemplazarlo para que el auto vuelva a funcionar. Generalmente, se accede a ellos desde dentro del auto y en el manual del vehículo se explica cuáles son específicamente.
Dentro de esta categoría, también podemos encontrar piezas más complejas que, si fallan, pueden dejar a tu auto sin arranque. El relé de arranque, la ECU, el control de encendido, las llaves con chip y su sensor, entre otras.
El motor de arranque es otra pieza del sistema que es crítica y, si falla, este problema te llevará al taller de inmediato, al igual que la falla de alternador.
Como puedes ver, las fallas involucradas pueden ser muchas y de diferente nivel de dificultad en su reparación. Algunas son fáciles de identificar y resolver, otras son complejas y requieren de una visita al taller mecánico.
La bomba de combustible podría estar fallando, los inyectores podrían estar obstruidos, o simplemente podría faltar combustible.
Por lo tanto, lo primero que debes hacer es revisar que estanque tenga suficiente bencina o petróleo, según corresponda.
Escucha si la bomba de combustible hace un ruido inusual al girar la llave de contacto; y si no lo hace, es posible que la bomba o el filtro de combustible estén averiados.
El sistema antirrobo puede estar impidiendo el arranque del vehículo. Esto puede ocurrir porque las pilas de la llave están agotadas, problemas con el lector de la llave, o fallos en la ECU, entre otros.
Verifica que la llave esté correctamente codificada y asegúrate de que el sistema de inmovilización esté funcionando bien. Consulta el manual del vehículo o acude a un mecánico o taller especializado en electrónica automotriz.
El sistema de escape puede tener problemas que impidan el arranque o el rendimiento del vehículo. Puede que el tubo de escape esté tapado, puede haber daños en el convertidor catalítico, o fugas en el sistema de escape.
Un sistema escape obstruido puede generar una presión excesiva que impida el arranque del motor o cause una pérdida de potencia.
Para evitar encontrarse con este problema, la recomendación es hacer las mantenciones según el manual del auto y estar atento a los síntomas que el vehículo vaya presentando durante la conducción.
Es primordial que tu auto sea revisado por un profesional de confianza y/o en un taller establecido. Si bien, algunas veces podemos salir del paso de forma autónoma, siempre se debe cuidar que la mecánica del auto esté en buen estado, pues más allá del mal rato del momento, es finalmente tu propia seguridad y la de tus pasajeros la que podría verse comprometida por una falla mecánica no resuelta a tiempo.
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